Localidad: Guzmán

El Decreto 132, del 6 de Junio de 1991 de la Junta de Castilla y León, declara Bien de Interés Cultural con categoría de monumento a la Iglesia parroquial de San Juan Bautista de Guzmán . La documentación de la fábrica de esta iglesia nos aclara que la mayor parte de esta obra fue un enorme esfuerzo de acometido por la comunidad parroquial, hecho que honra la hidalguía del pueblo de Guzmán.

La iglesia se erige en el corazón del caserío como elemento articulador de los diferentes barrios.

En 1555 les pareció que en vez de gastar los dineros en reparar su parroquia de Santa Eugenia era preferible esforzarse y lanzarse a construir un nuevo edificio en lugar más céntrico y accesible para el pueblo.

Los trabajos avanzaron a un ritmo muy lento, interrumpiéndose en diversas ocasiones, lo que conllevó inevitables cambios de profesionales.

En Noviembre de 1577 se efectuó el traslado del Santísimo Sacramento, y se comenzó a cumplir con las funciones parroquiales a pesar de que la Iglesia no se terminó hasta mediados del siglo XVII ( 1650), y en 1755 en su totalidad.

El proyecto lo había comenzado el maestro arandino Sebastián del Castillo a quién sustituyó en 1558, su yerno Juan Vélez, maestro cantero de la Diócesis de Sigüenza.

Entre 1628 y 1641 tiene lugar una segunda fase constructiva a cargo de los trasmeranos Sancho de la Riva y Francisco de Fonfrida quienes llevaron a cabo otros dos tramos del buque y erigieron la torre y husillo hasta el nivel del cuerpo de la iglesia.

Mientras esto sucedía D. Cristóbal de Guzmán y Santoyo Beltrán erigió en los años centrales de la centuria una capilla funeraria familiar al norte de la fábrica, en el primer tramo de la nave del evangelio, y culminada al mismo tiempo la torre con un cuerpo de campanas.

La obra de la Iglesia fue pagada por el pueblo de Guzmán, en su ejecución contribuían todos los vecinos. Pasaron más de 200 años de entusiasmo y preocupación por saldar cuentas con el material, canteros y oficiales.

De este modo, la iniciativa comunitaria del pueblo para disponer de un nuevo templo acorde a sus necesidades, a las modernas exigencias espaciales y a los cambios de gusto convive con los intereses particulares de la promoción de su vecino más ilustre, D. Cristóbal de Guzmán y Santoyo Beltrán.

Ya a principios del Setecientos se llevó a cabo la portada de acceso y una nueva sacristía. A mediados de la centuria, realizando el prestigioso maestro vasco Domingo de Ondátegui un estribo de refuerzo hacia el atrio, entre el segundo y el tercer tramo de la nave lateral.

El último ámbito erigido fue la capilla de Nuestra Señora del Rosario al sur del buque, el primer tramo de la nave de la epístola. La diseñó el maestro arquitecto Manuel Gutiérrez en 1770 pero no pudo llevarse a cabo entonces, encargándose de su construcción varias décadas después el maestro de Olmedillo de Roa, Domingo de Alzaga.

En 1794 el alavés Antonio Orrutía y Francisco Labrador; vecino de Quintanamanvirgo, enlosaron toda la fábrica. Así, tras casi dos siglos y medio de obras, daba por concluido el templo parroquial que, en nuestros días, presenta un adecuado estado de conservación, fruto del interés de la comunidad de Guzmán y de las iniciativas restauradoras de los años 90 de la pasada centuria

La iglesia impone por su grandiosidad. En los últimos años del siglo XX pasado, su iluminación eléctrica prolonga por la noche esta función de hito en el sereno paisaje castellano.